Washington.-El Congreso estadounidense reinició sus sesiones tras el receso navideño y de fin de año, con una agenda en la que predominan los temas presupuestarios, migratorios y otros asuntos clave de política doméstica.
Los republicanos en el Senado vuelven a trabajar ahora con un asiento menos, aunque mantienen la mayoría por 51 a 49 respecto a los del partido azul, después del triunfo del demócrata Doug Jones en las elecciones estaduales de Alabama, aunque impulsados por la victoria legislativa del año pasado con la aprobación de la reforma fiscal auspiciada por el presidente Donald Trump.
Las principales figuras de ambos partidos en las dos cámaras del Capitolio sostendrán este miércoles una reunión con funcionarios de la Administración para alistar un acuerdo y evitar que el Gobierno se quede sin fondos después de que expire el 19 de enero la resolución de continuidad aprobada a finales de diciembre.
En el encuentro participarán el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, los líderes de la mayoría republicana en el Senado Mitch McConnell, y de las minorías demócratas en dichas instancias, Charles Schumer y Nancy Pelosi, respectivamente.
Asistirán también dos altos funcionarios de la Casa Blanca: Mick Mulvaney, director de la Oficina de Presupuesto, y Marc Short, quien está al frente de los asuntos legislativos.
Los asistentes a esta reunión, convocada por Ryan, intentarán alcanzar un consenso para aumentar los límites estrictos impuestos a los gastos domésticos y de defensa antes de la mencionada fecha de vencimiento de la asignación temporal de recursos monetarios.
Tanto Schumer como Pelosi dijeron que insistirán en la necesidad de que exista simetría en los aumentos de fondos por igual para asignaciones militares y domésticas, aunque la contraparte republicana está más centrada en el alza del dinero destinado a las fuerzas armadas.
Entre otros temas sujetos a análisis están las posibles reformas al programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), que desde junio de 2012 concede protección legal a unos 800 mil jóvenes contra la posibilidad de ser deportados, y que ahora la administración Trump pretende eliminar.
Más de 14 mil adolescentes inmigrantes perdieron ese estatus de protección desde que el mandatario puso fin al programa en septiembre pasado y dio seis meses, hasta principios de marzo de este año, al Congreso para aprobar una legislación que codifique estos procedimientos.
Aunque los republicanos consideran que ahora no existe urgencia en este asunto, el senador McConnell prometió apoyar la programación de un voto al respecto si a la vez se debate acerca de la seguridad fronteriza, algo que los del partido rojo pretenden priorizar en la actual legislatura.
El DACA autoriza a quienes arribaron sin documentos a Estados Unidos cuando eran niños -los llamados ‘dreamers’ o soñadores- permanecer en su territorio, y obtener permisos de trabajo renovables cada dos años, si cumplen diferentes requisitos.
En una carta enviada la víspera a sus correligionarios, Pelosi señaló que los demócratas insistirán en la paridad de los incrementos de fondos en acápites de la defensa y el resto de los sectores clave, y al mismo tiempo presionar de manera ‘firme’ para proteger a los afectados por la amenaza de Trump de eliminar el DACA.
La legisladora por California también prometió mantener una postura firme respecto a la aprobación de fondos adicionales para las pensiones, los veteranos, la crisis por el aumento en el consumo de opioides, las investigaciones sobre la salud, asistencia en casos de desastres y los programas de seguros sanitarios para la infancia.
El año fiscal 2018 comenzó el 1 de octubre, pero los legisladores intentaron sin éxito alcanzar un acuerdo a largo plazo para financiar a las agencias federales, aunque el proceso negociador se congeló por falta de consenso en cuanto al incremento de los límites de gastos, aspecto que según el diario The New York Times, intentan eludir tanto Trump como los líderes republicanos.