Bruselas.-La Unión Europea (UE) aumentó sus aranceles al bourbon, los jeans y otros productos estadounidenses, en respuesta al conflicto comercial abierto por el presidente estadounidense, Donald Trump, contra sus socios comerciales.
Acerca de esa medida, la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, manifestó que el bloque no tuvo otra opción ante la decisión unilateral e injustificada de Washington de imponer aranceles al acero y aluminio.
La imposición de gravámenes de un 25 por ciento de media a una lista de productos estadounidenses, publicada por el Diario Oficial de la UE, sigue los pasos de México, que adoptó medidas de represalias a principios de junio, y se anticipa a Canadá, que prevé hacerlo en julio.
Además de algunos productos siderúrgicos como determinados tipos de acero laminado, la UE aumenta sus derechos de aduana para productos agrícolas, entre estos maíz y arroz; ropa y calzado; vehículos de motor; puros, cigarrillos o bebidas alcohólicas.
De esta forma la UE sigue los pasos de México, que el 5 de junio impuso aranceles por un valor de cerca de tres mil millones de dólares a productos de acero y aluminio estadounidenses, así como la carne de cerdo, manzanas, quesos, arándanos, uvas y whisky.
De acuerdo con algunos expertos, la política proteccionista que defiende el mandatario estadounidense aumenta los temores de una guerra comercial mundial, en plena tensión entre esa potencia y China.
Otros especialistas estiman que esa guerra ya existe, su tendencia es a intensificarse y sus efectos impactan los mercados de valores y posiblemente la economía global.
La Organización Mundial del Comercio ha advertido en no pocas ocasiones del callejón sin salidas a que conduce las políticas unilaterales y proteccionistas que aplica Washington, las cuales van en detrimento del intercambio entre los países.
Recientemente su director general, Roberto Azevedo, alertó que la escalada de las tensiones comerciales entre las grandes potencias económicas mundiales y la amenaza de un retorno al proteccionismo corren el riesgo de comprometer el fuerte crecimiento del comercio mundial, estimado este año en más del cuatro por ciento.