Más de mil candidatos renunciaron en el actual proceso electoral que termina el 1 de julio, y ha cobrado la vida a 121 políticos, entre ellos decenas de postulados a cargos de elección popular.
Mil 29 aspirantes en todo el país desistieron de continuar como candidatos, 357 de ellos para cargos federales y 672 estatales, afirman datos del Instituto Nacional Electoral (INE).
En Guerrero, la entidad con mayores índices de violencia electoral, renunciaron 207 candidatos y en algunos lugares lo hizo la plancha completa de algunas de las coaliciones que disputan la contienda.
Los aspirantes que han decidido continuar optan por campañas de bajo perfil, sin mítines multitudinarios, entregando volantes de puerta en puerta y buena parte de ellos con policías y militares que los resguardan mientras caminan de prisa entre la gente.
El 26 por ciento de las 465 agresiones contra políticos documentadas en 419 municipios de las 32 entidades fueron homicidios, según datos de Asael Nuche, director de la Unidad de Análisis en Riesgos de Seguridad de la consultora Etellekt.
Otro 32 por ciento de esas agresiones son amenazas, 11 por ciento atentados contra candidatos o familiares de los mismos, tres por ciento fueron secuestros y el resto resultaron robos y otro tipo de agresión.
Puebla, Veracruz, Estado de México, Oaxaca, Michoacán, Ciudad de México, Quintana Roo, Guerrero, Jalisco, Chihuahua, Coahuila y Chiapas, son los estados más críticos.
El 1 de julio se decide la presidencia de la República, el pleno del Congreso, ocho gobernaciones, el gobierno de la Ciudad de México, parlamentos estatales y cargos municipales.