Washington.-El senador republicano Lindsey Graham advirtió hoy que el personal de la Casa Blanca socava la postura del presidente Donald Trump y la capacidad del Congreso para llegar a un acuerdo sobre inmigración.
Cada vez que tenemos una propuesta, solo la rechazan los miembros del personal. Mientras Stephen Miller esté a cargo de negociar la inmigración no iremos a ninguna parte, declaró Graham a la prensa antes de dirigirse a una reunión a puertas cerradas con un grupo bipartidista de senadores.
Creo que el personal de la Casa Blanca lo está haciendo muy difícil, agregó.
Miller, un ayudante de la mansión ejecutiva, es bien conocido por sus opiniones conservadoras sobre la inmigración.
Integró el equipo del otrora senador por Alaska y actual fiscal general, Jefferson Sessions, quien con frecuencia desempeñaba el papel de principal antagonista de los acuerdos bipartidistas de inmigración, abundó el diario digital de The Hill.
Se atribuye a Miller la autoría del amplio plan de inmigración de la administración republicana que reclama fondos para la construcción del controversial muro en la frontera con México y medidas enérgicas contra las denominadas ciudades santuario que amparan a los inmigrantes.
Los demócratas se han irritado repetidas veces por la participación de Miller en los diálogos sobre el tema y argumentan que no es una fuerza constructiva en las conversaciones.
El actual cierre parcial de las dependencias del gobierno obedece en gran medida a las discusiones respecto al programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA).
Legisladores demócratas se niegan a dar luz verde a un plan de financiamiento que no incluya una solución para los cerca de 800 mil jóvenes indocumentados traídos en la niñez por sus padres, amenazados de deportación luego que la Casa Blanca cancelara el DACA.
Argumentan además que Trump cambia sus posiciones con demasiada frecuencia como para ser un socio negociador confiable y acordar un plan en este sentido.
La víspera, el líder de la minoría demócrata en el Senado, Charles Schumer, consideró que acordar cualquier asunto con Trump es como negociar con gelatina.
Es casi imposible. Tan pronto como das un paso adelante, los más conservadores obligan al presidente a retroceder tres pasos, argumentó.