La implementación del fracking (fractura hidráulica) para la extracción de hidrocarburos en el norte de México podría producir desabasto de agua, tanto para sostener los ecosistemas y las actividades humanas.
Resulta una conclusión de académicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en particular de su Instituto de Ingeniería.
El experto Agustín Breña, uno de los responsables del estudio, subrayó que el norte del país está catalogado como una zona árida-semiárida y los recursos hídricos resultan insuficientes, lo cual se agravaría con el uso del fracking para la explotación petrolera.
La investigación indica cuales son los yacimientos sobreexplotados que no deben seguirse utilizando ‘para no comprometer la seguridad energética, hídrica y ambiental’.
Subrayó que debe existir un marco regulatorio para administrar los recursos hídricos, en particular en el norte mexicano.