En la víspera del centenario del natalicio de José Luis Martínez Rodríguez (Atoyac, Jalisco, 19 de enero, 1918 – Ciudad de México, 20 de marzo, 2007), el académico, diplomático, ensayista e historiador fue descrito por María Cristina García Cepeda, secretaria de Cultura del Gobierno de la República, como una figura esencial y entrañable del México contemporáneo.
Con una mesa redonda en la que participaron Enrique Krauze, Eduardo Lizalde, Javier Garciadiego, Adolfo Castañón, Rodrigo Martínez Baracs y Angélica Aragón, quien dio voz a un texto escrito por Miguel León-Portilla, iniciaron las actividades conmemorativas que organizó la Secretaría de Cultura, para homenajear al “curador de las letras”.
En el Patio de los Escritores de la Biblioteca de México, María Cristina García Cepeda dijo que José Luis Martínez fue una figura emblemática de la literatura mexicana, gran pensador, amigo entrañable, hombre y maestro que hizo de los libros una casa de ventanas abiertas, a quien Octavio Paz llamó “imprescindible”.
“Evocamos y reconocemos la vasta obra de José Luis Martínez, su trabajo como curador de la literatura e impulsor del desarrollo cultural del país desde diversas instituciones en las que participó. Su paso al frente del Instituto Nacional de Bellas Artes, del Fondo de Cultura Económica y de la Academia Mexicana de la Lengua, se recuerdan como etapas venturosas y fecundas”.
Mencionó que el escritor trasladó la elegancia de su prosa y pensamiento a sus tareas como promotor y maestro, como crítico y editor. “Personalmente tuve el privilegio de apreciar su generosidad y compromiso por la cultura de nuestro país, en aquellos años compartidos por una amplia amistad, que para mí fue un privilegio.
“José Luis Martínez dedicó su vida a explicarnos nuestra historia, a interpretar a los grandes creadores, a leer con pasión la literatura de México; su monumental obra es un llamado para descubrir en la cultura, la riqueza que nos define y nos identifica”, puntualizó María Cristina García Cepeda.
En su participación, el historiador Enrique Krauze expuso que José Luis Martínez tuvo una consciencia muy temprana, despierta y seria de lo que debería ser su vocación, misión y lugar en la cultura mexicana. Lo describió como nieto de la generación del Ateneo, un grupo rebelde y de ruptura con el Porfiriato.
José Luis Martínez tuvo una idea de misión cruzada entre la cultura y la educación como José Vasconcelos; el interés universal por la cultura de Alfonso Reyes, el interés y el ideal enciclopédico de transitar por la cultura francesa, inglesa y alemana en español como Pedro Henríquez Ureña, así como la vocación crítica de Julio Torri, dijo Krauze.
Por donde se le vea, agregó el historiador, José Luis Martínez es un árbol que nos cobija a todos, si su sombra protectora e inspiradora desapareciera alguna vez, desaparecería la cultura mexicana, y celebró que su legado no se olvide y se muestre a las nuevas generaciones para que estén a su altura.
Javier Garciadiego, director de la Capilla Alfonsina, ubicó a Martínez como amigo, editor, antologador, colaborador y confidente de Alfonso Reyes. Dijo que también fue su mejor heredero por su talante, sabiduría literaria y compromiso con la educación y la cultura, lo cual lo convirtió en el “mayor reyista: fue una continuación de Reyes, ambos estaban convencidos de que la literatura no es un simple divertimento sino un método para ver al mundo”, afirmó
Lo describió como uno de los grandes civilizadores mexicanos de la segunda mitad del siglo XX, perteneciente a la estirpe de Agustín Yáñez, Jaime Torres Bodet, Pedro Henríquez Ureña y Octavio Paz, así como un creador de instituciones que solo buenos servicios hizo a México, solo buenos amigos consiguió y solo buenos recuerdos ha dejado. “Siempre estaremos en deuda con él”.
Ausente en el acto pero presente a través de un texto al que dio lectura la actriz Angélica Aragón, el historiador Miguel León-Portilla se enfocó en las principales aportaciones de José Luis Martínez en los campos de la crítica literaria, la publicación de obras de grandes escritores mexicanos, así como su vasta producción historiográfica con estudios como los referentes a los pasajeros a Indias, y a la biografía de Hernán Cortés.
José Luis Martínez trabajó incansablemente teniendo siempre presente el servir a México, lo que se pone de manifiesto en su forma de presentar los temas que escogió en más de 60 años de infatigable actividad, por lo cual merece el título de “Benemérito de la cultura mexicana”, aseguró León-Portilla.
El poeta Eduardo Lizalde, director de la Biblioteca de México, aseguró ser lector de casi toda la “admirada” obra de José Luis Martínez a quien Octavio Paz elogió por su rigor intelectual e ilimitada generosidad.
“Toda la gente de mi generación siempre le agradeció su sabiduría, su gentileza, y amistad. Hemos vivido en sus heroicos trabajos de investigación toda la vida”.
Por su parte el hijo de José Luis Martínez, Rodrigo Martínez Baracs elaboró un retrato de su padre mediante el cual se remontó a su genealogía y la labor que llevó a cabo desde la década de los cuarenta del siglo XX, hasta el final de sus días, en el año 2007.
Exposición biográfica
Como parte de las actividades conmemorativas del Centenario del natalicio de José Luis Martínez, la Secretaría de Cultura presenta la exposición documental José Luis Martínez, cien años 1918-2018, en la galería Abraham Zabludovsky de la Biblioteca de México.
Se compone de manuscritos, cartas, fotografías digitalizadas y originales, revistas y objetos personales procedentes del acervo de la biblioteca que lleva su nombre, así como una línea del tiempo basada en un orden temático, a partir de la vida personal, quehacer diplomático, función pública, labor académica, literaria y legado del homenajeado.
Con la curaduría de Tzitzi Janik Rojas y Aura Jiménez, la muestra estará abierta al público hasta el 25 de marzo de 2018. La Biblioteca de México se ubica en Tolsá Núm. 4, colonia Centro. Horario: 10:00 a 18:00 horas. Entrada libre.