En medio de la contienda para los comicios del 1 de julio, desventajosa para los candidatos por la vía independiente, Jaime Rodríguez, quien compite en esa condición por la presidencia, está bajo escrutinio del árbitro electoral.
Alias el Bronco, el gobernador con licencia por el norteño Estado de Nuevo León, fue el último que llegó a la boleta presidencial luego de polémico fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que revirtió una decisión del Instituto Nacional Electoral (INE).
En su momento, el INE encontró irregularidades en las firmas requeridas (más de 800 mil en 17 estados como mínimo) que el Bronco presentó ante el árbitro electoral.
Fue una decisión judicialmente irrevocable que al INE no gustó y ahora continúa investigando al candidato independiente respecto a los recursos utilizados para recabar tales rúbricas.
El consejero electoral, Marco Antonio Baños, declaró a la prensa que se detectaron inconsistencias en la procedencia de 13 millones de pesos (más de 700 mil dólares) que recibió Rodríguez para tal propósito.
No significa que el candidato obtuviera recursos del crimen organizado, un tema que está en la lupa, sino que pudiera haber violado las leyes electorales, aclaró el consejero.
De cualquier manera, Jaime Rodríguez tiene pocas probabilidades de ganar y algunos analistas consideran que al final decida declinar para tratar de impedir que Andrés Manuel López Obrador, puntero en las encuestas, gane la elección.
Resulta una probabilidad que involucra a otros candidatos, incluida la otra independiente, Margarita Zavala, quien aventuró la probabilidad de apoyar al final de todas a su excorreligionario Ricardo Anaya, del Partido Acción Nacional (abanderado por el Partido de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano).
Anaya va segundo en los sondeos y su campaña, además de atacar a López Obrador, tiene cada vez más énfasis en el llamado voto útil, que quiere decir que los demás declinen a su favor contra el puntero.
Es un mensaje al gobierno y su candidato, José Antonio Meade, quien asegura que llegará hasta el final, sobre todo luego que el presidente Enrique Peña Nieto se reuniera la víspera con senadores y diputados de la coalición afín a la candidatura gubernamental, a quienes instó a redoblar esfuerzos.
Meade es abanderado de los partidos Revolucionario Institucional (PRI, en el gobierno), del Verde y Alianza Nacional.
Obrador, por la coalición Juntos Haremos Historia ( Movimiento de Regeneración Nacional y los partidos del Trabajo, y Encuentro Social, asegura que la unión de sus adversarios se quedará corta para vencerlo, y además llama al voto unido de sus simpatizantes para conseguir gobernar con mayoría en el Congreso.