Lucía Zárate fue exhibida como atracción de circo hasta su muerte por hipotermia en 1890. Esta es la historia de la liliputiense mexicana.
Hay personas que no necesitan un aspecto imponente para convertirse en seres inolvidables. Lucía Zárate es una muestra clara de ello. Esta mujer, una vedette mexicana de tan solo 50,8 centímetros y 6,3 kilogramos, triunfó y se ganó la admiración de muchas personas fuera de México durante el siglo XIX. Repasemos la memorable historia de este personaje.
La vida de Lucía Zárate
Zárate es un personaje del que realmente se sabe muy poco. Nació en lo que hoy es el municipio de Úrsulo Galván, Veracruz, el 2 de enero de 1864. Al nacer, los médicos se percataron de que algo no iba bien con la pequeña. Dijeron a sus padres que la expectativa de vida no era positiva, pero la niña logró sobrevivir.
Además de un ligero retraso mental, el cuerpo de Lucía dejó de crecer hasta los 8 años. Padecía enanismo. Enanismo primordial osteodisplásico microcefálico tipo II, para ser exactos. Fue la primera persona en ser identificada por padecer esta enfermedad, la cual mantiene equilibradas las dimensiones de la persona, exceptuando la nariz, que no deja de crecer.
Llegada a los Estados Unidos
Acerca de cómo salió de su natal Veracruz para llegar a los Estados Unidos, no hay información precisa. Lo que sí es un hecho es que lo hizo en compañía de su familia. En el país del norte, la primera aparición exitosa de Lucía fue en un evento para festejar el Centenario de Filadelfia (la Exposición Universal de Filadelfia de 1876) donde el público quedó impresionado por su tamaño y apariencia.
A partir de ahí nació una carrera exitosa manejada por su manager Frank Uffner. Lucía trabajó como parte de un número llamado “Fairy Sisters”, y más tarde se asoció con Francis Joseph Flynn (“General Mite”, su nombre artístico), un hombre que padecía la misma enfermedad que Lucía. Ambos hacían un curioso número donde representaban escenas románticas que eran interrumpidas por la aparición de un sujeto de más de dos metros de altura llamado Chang.
Lucía comenzó a recibir invitaciones para exhibirse internacionalmente. Ello la llevó a pisar una gran parte de Europa. Medios como The Washington Post recogieron su historia en 1889 para describirla como la “maravillosa enana mexicana” y “un imán diminuto pero todopoderoso para atraer al público”.
Se dice que tuvo la oportunidad de conocer en persona a grandes personalidades como la reina Victoria de Inglaterra y el zar Nicolás de Rusia. Lucía pudo reunir una fortuna que le hacía vivir de manera acomodada. Incluso sus padres pudieron adquirir un par de propiedades en Veracruz.
Los circos de fenómenos estaban en su apogeo en la época a la que nos referimos. Personas con malformaciones congénitas se exhibían sin pudor alguno por parte de empresarios que se enriquecían gracias a ellos. Una numerosa audiencia acudía fascinada para ser testigo de aquel desfile de personas peculiares.
(Nota original de Muy Interesante).
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