En México, el cáncer colorrectal es la primera causa de mortalidad por neoplasias malignas. De acuerdo con la Agencia Internacional de Investigación en Cáncer de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en nuestro país, durante 2022 se reportaron 16 mil 82 casos y ocho mil 283 defunciones.
Los síntomas de esta neoplasia son cambios en el hábito intestinal, episodios de diarrea y estreñimiento; sangre en las heces y visitas frecuentes al baño, ya que la persona tiene la sensación de que su evacuación no fue completa. En ocasiones se presenta con dolor abdominal, pérdida de peso sin motivo aparente, cansancio y debilidad.
En el Día Nacional contra el Cáncer Colorrectal que se conmemora este 31 de marzo, especialistas del Instituto Nacional de Cancerología (INCan) informan que, de acuerdo con la OMS, en el mundo el cáncer colorrectal ocupa la tercera causa de incidencia y la segunda de mortalidad. En 2022 se registró un millón 926 mil 425 nuevos casos y 904 mil 19 decesos.
Este tipo de neoplasia se origina en el colon o el recto, inicia con el crecimiento del tejido de neoformación o un tumor al que se le denomina pólipo, que se presenta en la superficie de la mucosa del intestino grueso.
Cabe destacar que el colon es la parte más larga del intestino grueso que se encarga de absorber agua y algunos nutrientes de los alimentos. Además, convierte los productos de desecho en heces, mientras que el recto es la parte inferior del intestino grueso, ahí el cuerpo almacena las heces antes de desecharlas.
Factores ambientales y estilos de vida como el sedentarismo, el aumento en el consumo de carnes rojas y embutidos, dieta alta en grasas y baja en fibras, así como la obesidad, son factores de riesgo para desarrollar este cáncer.
Expertos en el tema precisaron que estos factores se pueden modificar, pero lamentablemente la población no tiene mucha información al respecto y ello ha ocasionado que este carcinoma registre incremento en los últimos años.
En México existen programas que consisten en realizar una prueba denominada inmunoquímica fecal, que busca restos de sangre en las heces para determinar si las personas requerirán un estudio de colonoscopia y precisar si el carcinoma está presente.
Esta prueba se recomienda a la población de 45 años en adelante. Si la prueba sale positiva (más de 20 nanogramos) será necesario practicarse una colonoscopía para evidenciar si hay algún pólipo, adenoma y/o cáncer.
Los especialistas explican que pueden presentarse pólipos en todo el tubo digestivo, incluso en el estómago, pero en el colon pueden presentar un desarrollo descontrolado y ello puede favorecer a que se genere un adenoma, que continúe el desarrollo descontrolado y termine en cáncer.
Los pólipos pueden ser pequeños y generalmente no presentan síntomas; además, hay factores hereditarios que pueden favorecer al desarrollo de estos tumores en ciertas personas.
La mayoría de los casos de cáncer colorrectal se presentan en la edad adulta y en personas adultas mayores. 70 por ciento son espontáneos; 20 por ciento, por factores familiares (antecedentes de otros tipos de cáncer en la familia), y 10 por ciento por factores hereditarios (síndromes polipósicos, Lynch).
El tratamiento del cáncer colorrectal se determina en función de la etapa diagnóstica, por ejemplo, a quienes se diagnostica de forma temprana se les practica una cirugía para retirar el tumor. Estas personas pueden alcanzar una sobrevida de 90 por ciento. Cuando el estadio del cáncer es intermedio, la sobrevida varía entre 40 y 70 por ciento, ya que requieren de cirugía, quimioterapia y, en algunos casos, radioterapia.
Sin embargo, en etapas avanzadas con metástasis (cuando el cáncer ya se dispersó a otros órganos) la sobrevida es de 20 por ciento. Lamentablemente, 70 por ciento de los casos se detecta en estadios intermedios o avanzados, alertaron al hacer un llamado a vigilar su salud.