Cómo no recordar ese día tan especial para mí,
fueron nueve dulces meses esperando tu llegada.
Ese 14 de febrero que te tuve por primera vez entre mis brazos;
sentir tu respiración en mi pecho,
sentir tu cabecita sin pelo
y escuchar tu llanto;
fue una experiencia más sublime e inolvidable para mi Ricardo Emiliano.
Al ver mis ojos reflejados en los tuyos,
Entendí, que la vida tiene un significado para mí.
Te doy las gracias
por toda la felicidad que le has venido a dar a mi vida desde hace 17 años.
Te amo y te bendigo hijo mío.
Siempre te cuidaré y te bendeciré desde donde esté.
Tú nunca, dejarás de ser la parte más importante de mi existencia
Todas esas alegrías que me has regalado durante todos estos años
Tus primeros pasos, me llenaron el alma
Tus primeras palabras, llenaron de un canto celestial mis oídos,
Cómo poder olvidar los desvelos, cuando enfermabas
Tus primeras lecciones en la escuela,
Los logros que has tenido, me llenan de vida
Eres el orgullo de mi existencia,
Siempre contarás con mi presencia, con mi apoyo
Tus risas, llenan mi alma
Seguiré cada paso que des, en cada decisión,
Ahí estaré, porque eres el mayor tesoro que Dios y la vida me han dado,
TE AMO HIJO MIO.