“La generación de la Reforma es también la generación de los Derechos del hombre o como se llamarán a partir de 1917, de las garantías individuales”, aseguró el doctor José Herrera Peña durante la conferencia La generación de la Reforma Liberal.
La sesión se llevó a cabo la tarde de este miércoles 24 de enero, en la sede del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM), en el marco de las actividades que conmemoran los 160 años del inicio de la Guerra de Reforma.
El catedrático aseguró que la generación de la Reforma duró siete años en estricto sentido de 1853 a 1860, pero se prolongó otros 13 años más y culminó en 1873, en que se elevaron las Leyes de Reforma a nivel constitucional.
“Esta misma generación hace la Reforma hasta dónde puede llegar, convierte sus principios en disposiciones constitucionales, limitadamente, es cierto, pero lo hace”.
Muestra de ello es el artículo 1 de la Constitución, el cual establece que el pueblo mexicano reconoce que los derechos del hombre son la base y el objeto de las instituciones sociales.
“En lo referente a religión su propuesta es rechazada, pero logran que se supriman los tribunales especiales, que no se autorice la pérdida de libertad por causa de voto religioso, que la libertad de imprenta no sea limitada a respetar el dogma, que la libertad de enseñanza se ejerza sin la misma restricción y lo más importante: se prohíbe a las corporaciones eclesiásticas adquirir o administrar bienes raíces, salvo los destinados al servicio u objeto de la institución”.
El doctor en Historia por la Universidad de La Habana, Cuba, y licenciado en Derecho, recordó que con Melchor Ocampo surge en 1853 la generación de la Reforma, apoyada por dos hombres de la generación anterior: Juan Álvarez, de 63 años y Valentín Gómez Farías, de 72.
“Hay 12 individuos nacidos entre 1805 y 1825. Para 1853 el más viejo tenía 47 años y el más joven 24: Benito Juárez, Ponciano Arriaga, José Santos Degollado, Guillermo Prieto, Ignacio Ramírez, José María Mata, León Guzmán, Manuel Romero Rubio, Ignacio Mariscal y Francisco Zarco”.
Destacó que también hubo 13 más nacidos en esos años entre los que se encontraban Ángel Trías, José María Lafragua, Justo Sierra, Isidoro Olvera y José Antonio Martínez de Castro, José María del Castillo Velasco y Ezequiel Montes, Pedro Baranda, Francisco Gómez y Miguel Lerdo de Tejada.
Los liberales del siglo XIX, a partir de la segunda mitad de la centuria, llevaron su lucha política hacia la realización de los ideales que buscaban transformar los fundamentos de la estructura social, económica y política de la nación.
Con el triunfo de la República, Benito Juárez logró la consolidación del Estado republicano, federal y laico.
Todas estas transformaciones se dieron gracias a este conjunto de hombres que formaron parte de una de las generaciones más brillantes de la historia política mexicana.
De acuerdo con José Herrera Peña, las aportaciones de la generación de la Reforma a la grandeza de México son admirables, ya que sus integrantes se enfrentaron a la cárcel, el destierro y la confiscación de sus bienes.
“Fue una generación que combate la dictadura con las armas en la mano, que establece el gobierno revolucionario de Juan Álvarez y el sustituto de Ignacio Comonfort, que expide las primeras Leyes de Reforma durante ambos periodos, que instala el Congreso Constituyente de 1856 para dar forma jurídica a la nación, que establece los primeros poderes constitucionales de la nueva época, que afirma el orden constitucional con el gobierno provisional de Juárez, que triunfa en la guerra civil, que se afirma en la Intervención Francesa y el imperio de Maximiliano y que al triunfo de la República, eleva los principios de reforma al rango constitucional”.
¿De dónde provenían? ¿dónde cursaron estudios y abrevaron los principios del liberalismo?, ¿Cómo se tejió la red que dio forma a esta generación?; ¿Cuál fue su destino en el desarrollo de la historia nacional?, fueron algunos de los aspectos que abordó José Herrera Peña a lo largo de la conferencia.