El desarraigo de sectores de la juventud mexicana hacia la sociedad y el Estado podría tener impacto en las próximas elecciones generales del 1 de julio, según se afirma aquí.
En ello juegan la falta de políticas públicas adecuadas y los factores de marginación social, lo cual provoca reacciones y apatías cuando buena parte de los potenciales votantes son jóvenes.
En la lista nominal de votantes, que considera sólo a los ciudadanos con credencial para votar, hay poco menos de 86 millones de personas registradas, de ellas, el 29,21 por ciento -que son 25,1 millones-, son jóvenes de entre 18 y 29 años de edad.
Según los datos del promedio de porcentajes de votación del Instituto Nacional Electoral por rango de edad, al menos del 57,5 por ciento de los jóvenes de 18 a 29 años podrían votar en julio, lo cual suma 11.5 millones de votos.
Pero si se amplía el rango por edad, entre los 18 a 37 años, el potencial de votos -con grados de abstencionismo de 53 a 62 por ciento como en los comicios de 2012-, sería mayor a 19 millones, cantidad suficiente para decidir la elección.