El presidente Donald Trump estuvo en el centro del segundo debate entre los candidatos presidenciales mexicanos, que tuvo lugar hoy en Tijuana, donde al menos coincidieron en que México merece respeto del jefe de la Casa Blanca.
El candidato Andrés Manuel López Obrador, por la coalición Juntos Haremos Historia, subrayó que Mexico necesita de un gobierno que no sea corrupto, sino honesto para poder ‘tener autoridad moral’ para discutir a la par con el gobernante estadounidense.
López Obrador se pronunció por fortalecer la economía interna, apoyar a los productores del campo y reducir las importaciones de gasolinas, sobre todo desde Estados Unidos.
Jaime Rodríguez, candidato independiente, defendió diversificar los vínculos económicos y comerciales del país con otras naciones y regiones del mundo para reducir la dependencia comercial con el vecino norteño.
Con ese criterio, también estuvo de acuerdo José Antonio Meade, abanderado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI, en el gobierno).
Ante una pregunta de un moderador, Meade se rehusó a calificar de error que el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto invitara a la Residencia Oficial de Los Pinos al entonces candidato republicano Trump, cuando ya estaba lanzando diatribas contra el país.
Ricardo Anaya, por México al Frente, dijo que de ganar la presidencia pondrá todo en la mesa en la negociación con Washington, incluido el tema de los migrantes y la seguridad fronteriza.
Varios de los contendientes abogaron por desarrollar Chiapas, en el sur, como punto de contención, mientras que Obrador llamó a implementar una especie de alianza para el desarrollo con participación de Canadá, EE.UU., México y las naciones centroamericanas.
Corrupción, comercio, inversión y salario estuvieron también entre los temas abordados por los candidatos.
La permeabilidad de las aduanas en el norte, el tráfico de drogas y el tráfico ilegal de armas, con las que se asesinan a diario aquí, fueron parte de la discusión.
Aunque el tono del debate fue generalmente moderado, en algún momento Obrador y Anaya se calificaron mutuamente de farsantes y mentirosos. Anaya y Meade, por su lado, se llamaron cínicos mutuamente.
No pareciera que el debate consiguiera cambiar las actuales tendencias que sitúan a López Obrador como puntero en las encuestas, con Anaya segundo lugar, Meade tercero y Jaime Rodríguez en el último puesto.